Innovar o morir

Más temprano que tarde deberemos adoptar nuevos modos de hacer nuestro trabajo, nuevos recursos para satisfacer las necesidades actuales y nuevas necesidades que satisfacer, entonces debemos considerar que la innovación es más que un asunto voluntario, y termina convirtiéndose en un asunto de vida.
Heráclito dijo: lo único constante es el cambio.
Toda modificación que realizamos de la forma, la intención, el medio, el recurso o la estética que implican la realización de cualquier trabajo, y que modifique de manera positiva el resultado final, puede considerarse Innovación. La etimología de la palabra sugiere que Innovar es introducir lo nuevo, por lo que aquello que no estaba, y ahora está, es nuevo, y es innovación.
En muchos casos la Innovación se confunde con la Invención, y las expectativas se desvían hacia la creación e incorporación de lo nuevo, por primera vez, siendo pioneros en esa tecnología. Pero esto es absolutamente errado. La Invención es un importantísimo proceso en el que muchos de nosotros dedicamos largos períodos de estudio, observación y análisis, para hacer aportes, aunque estos sean tan chicos como un átomo. Una invención pasa por diversos procesos de ensayo y mejora que le permitirán ser explotado a mayor escala, y así convertirse en Innovación para muchos.
Aquella institución o persona que decida no cambiar o no innovar irá muriendo lentamente, si es que puede, porque tal vez el esfuerzo de mantenerse sin cambio sea más grande que simplemente montarse en la ola y disfrutar del paisaje mientras se logran más y mejores resultados con los procesos de innovación.

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